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Actualización (13/09/2024): Un recuento de las dos pacientes fallecidas por la Fiebre de Oropouche en Bahía, Brasil. Ningun antecedente particular, rápido progreso clínico (i.e., 4-5 días) a sintomatología de fiebre hemorrágica y ausencia de coinfecciones por otros patógenos como dengue, mayaro o leptospira. Se desconoce la patogenesis de esta versión mortal de la Fiebre de Oropouche.
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…pero no en el contexto de la epidemia actual.
La primera vez que se detectó el virus de Oropouche (OROV) en el Ecuador fue por medio de estudios serológicos, es decir por la detección de anticuerpos en sueros de pacientes que fueron diagnosticados de fiebre de origen desconocido. En un primer estudio, se examinaron sueros de pacientes hospitalizados para determinar el patógeno causante de sus síntomas. Los pacientes fueron atendidos en el Hospital Vozandes en Shell y en el Hospital de la IV División de Amazonas en el Puyo—ambos en la provincia de Pastaza—entre 2001 y 2004. Solamente uno de 304 sueros examinados resultó positivo para la fiebre de Oropouche. Años después, se realizó un estudio similar utilizando anticuerpos para detectar los patógenos causales de síndromes febriles en 13 localidades de Ecuador y Perú entre 2000-2007 y OROV se detectó en dos de 350 casos estudiados, uno confirmado** y otro presuntivo, ambos provenientes de Guayaquil en la provincia del Guayas. Al ser estudios centrados en sueros, existía la posibilidad de que estas detecciones pertenecieran a pacientes extranjeros o como consecuencia de viajes fuera del Ecuador, por lo que era difícil asegurar una circulación local del virus.
En 2016, un paciente de 41 años de edad llegó con fiebre al Hospital Delfina Torres de Concha, en Esmeraldas. Utilizando pruebas moleculares se detectó la presencia del virus y se diagnosticó al paciente con Fiebre de Oropouche. Además de la detección molecular, el virus pudo ser cultivado y aislado en el laboratorio como prueba inequívoca de su presencia. Importante, el paciente reportó que había estado en su residencia los últimos tres meses y por ende, esta detección fue catalogada como la primera prueba consistente de circulación endémica del virus en el país. Una consecuencia inmediata de este estudio fue que los investigadores se dieron cuenta que las pruebas moleculares originales para detectar el virus eran poco eficaces por lo que las optimizaron y encontraron cinco casos más de fiebre de Oropouche entre 196 sueros guardados en el mismo hospital.
Estas son las nueve detecciones de OROV que se han reportado en el Ecuador, al menos desde la perspectiva de la información publicada en revistas académicas y al menos hasta septiembre de 2024. Esta información sugiere que el virus de Oropouche circula en el país pero probablemente está subdiagnosticado. Como en toda Latinoamérica. En Colombia, por ejemplo, OROV se detectó por primera vez con pruebas serológicas en los 60s y a través del uso de pruebas moleculares en los Departamentos de Cúcuta y Leticia entre 2019 y 2020. El virus ha sido detectado incluso en Haití. Todas estas detecciones hasta finales de 2023.
La epidemia de 2024
Desde el 1 de enero hasta el 20 de julio de 2024, un aproximado de 8,078 casos de fiebre de Oropouche fueron confirmados en cinco países: Brasil (n=7284), Colombia (n=74) y Perú (n=290), y por vez primera en Bolivia (n=356) y Cuba (n=74). Más importante, por primera vez desde el descubrimiento del virus en un paciente febril en 1955 en Trinidad y Tobago, en esta epidemia se reportan muertes atribuibles a OROV en dos mujeres menores de 30 años sin comorbilidades en el estado de Bahia, Brasil. Pese a que ya se conocía el potencial del virus de Oropouche de causar defectos al nacimiento, durante esta epidemia se ha comprobado la transmisión vertical madre-feto y la posible asociación a microcefalia, como en los tiempos del zika.
Recordemos que el virus de Oropouche es una zoonosis, es decir, circula naturalmente en diferentes animales para luego establecerse en poblaciones humanas. Una vez aquí, sabemos que el virus se transmite de humano a humano a través de la picadura del jején (o arenilla?). Recién leí que lo empezaron a llamar el “virus del perezoso”, sin embargo el perezoso donde ha sido identificado, Bradypus trydactilus, se distribuye en el nororiente de América del Sur, super alejado de Colombia, Perú o Ecuador donde el virus también circula, por lo que llamarlo de esta manera es un poco apresurado e ignora la presencia del virus en primates no humanos como los monos aulladores (Alouatta caraya) o capuchinos (Sapajus apella; revisión aquí).
La distribución potencial del virus de Oropouche fue realizada utilizando modelamiento de nicho ecológico. La distribución del perezoso de tres dedos es tomada de IUCN
Contexto epidemiológico
La fiebre de Oropouche es indistinguible de cualquier otro síndrome febril causado por arbovirus. Un paciente infectado presenta fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y de articulaciones, lo mismo que un paciente con dengue, zika, chikungunya o también otras menos conocidas como mayaro, encefalitis equina, etc. En Ecuador, y seguramente en muchas otras regiones de latinoamérica, un paciente que vive en zonas tropicales con una combinación de estos síntomas es diagnosticado, registrado y tratado como dengue hasta que se demuestre lo contrario. Lamentablemente nunca se demuestra lo contrario, lo normal es que la investigación del caso quede ahí y es que la cantidad de casos con estos síntomas es gigantesca, y encima, qué creen que pasa con los recursos humanos y de laboratorio necesarios para realizar diagnósticos precisos?…ajá, están poco disponibles por no decir ausentes. Así, es posible que muchos casos registrados como dengue sean en realidad otra enfermedad, lo que ya pasó en Ecuador con Chikungunya: podemos mirar como en Machala, El Oro, en 2015, la mayoría de pacientes febriles estuvieron infectados con esta enfermedad.
Lo interesante de la epidemia actual de OROV es que ha alcanzado zonas en las que previamente no habia sido detectado como Bolivia y Cuba, y que sigue activa por aproximadamente nueve meses desde enero de 2024. Con mi grupo de investigación podemos responder parcialmente la primera pregunta. Realizando un modelado de nicho ecológico en el que sugerimos la distribución potencial de OROV en 2023, pudimos observar que las condiciones ambientales para la circulación del virus incluyen muchas de las áreas que han mostrado casos en la epidemia del 2024. Consideramos que en lugar de una expansión, hay un esfuerzo mayor de detección y por ende: si buscas, encuentras. Y actualmente se busca con más voluntad.
La segunda pregunta es más complicada. Potencialmente la epidemia se mantiene porque OROV tiene características genéticas novedosas, o porque la densidad poblacional humana actual permite sostener la epidemia, o existen otros vectores involucrados como el mosquito Culex quinquefasciatus, o la deforestación, et cetera. Como siempre, hay que investigar.
** Forshey et al. 2010 sugiere confirmación por seroconversión, esto significa que se detectaron dos tipos de anticuerpos en muestras de suero, IgM en un suero colectado en la fase aguda de la enfermedad, e IgG en un suero colectado en la fase convaleciente de la enfermedad. A pesar de ser confirmatorio, aún no significa que el virus como tal ha sido detectado, sino solo anticuerpos, es decir la respuesta del huésped a la presencia del virus.
Epílogo
La primera vez que escuché sobre este virus fue en 2016 cuando hubo un brote en el Departamento de Cusco, Perú. Desde ahí, he publicado tres artículos sobre el mismo y poquisima gente sabía de su existencia a pesar de ya ser mencionado como la segunda causa de fiebre por arbovirus en Brasil. He sido entrevistado por varios medios de comunicación internacionales y aquí voy a ir compilando esas participaciones:
Agradecimientos
Irene Torres revisó a detalle el primer borrador del artículo y dio sugerencias cruciales para la versión final.
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